lunes, marzo 30, 2009

LA REALIDAD


LA REALIDAD

Nuestra Percepción del mundo está totalmente condicionada por las categorías de nuestro lenguaje. Esto explica mi insistencia en la importancia de ampliar constantemente nuestros conocimientos, sobre todo los relativos a nuestro propio idioma, a nuestra lengua. Esta afirmación, no es gratuita, ya que se trata de una de las más importantes críticas al positivismo, por parte del relativismo. Dicho de otra manera, podríamos afirmar que existen condicionantes sociales sobre los significados, y esto afecta directamente a la forma que tenemos de interpretar la realidad.
A ti y a mi, nos gusta navegar por la frontera de eso que hemos acordado en llamar sueños / realidad. Pero tenemos que ser conscientes de que esa frontera, no está colocada en el mismo lugar para todo el mundo. Habrá personas que vean claro que la realidad evidente es todo aquello que a nosotros nos parece un sueño. Y también ocurrirá sin duda al revés.
Analizaba ayer la cuestión del respeto y la tolerancia, y según avanzaba en el razonamiento, me daba cuenta de que las ideas de “respeto y tolerancia”, son inventadas por nuestra ilustrada cultura occidental, pero en absoluto son compartidas, por la mayoría de la población del mundo. Y así en lugares como la india, o en casi toda África, tienen muy claro que existen castas, etnias o clases, con muy distintos derechos, y si alguien pretende explicarles que hay que ser tolerantes, comprensivos y respetuosos, les parece que, ese alguien, lo que es realmente, es un imbécil.
Pero volviendo a lo nuestro, el lenguaje, yo estoy seguro de que el lenguaje de cada uno, organiza su propia experiencia vital. Tanto es así, que no existe ninguna manera realmente, digamos que neutral, de referirse a la realidad, sino que todos lo haceos de una forma totalmente sesgada y tendenciosa.
La famosa frase de “lo que es, es”… no es más que el triste resumen de una manera obtusa de pensar, que delata al que la pronuncia, por su interés en hacernos ntender que él no comprende nada.
Es famoso el caso de los esquimales Inuit, que utilizan nueve palabras para nueve tipos distintos de nieve, perfectamente definidos por ellos. Nosotros solo tenemos una: “la nieve”, por lo que podemos decir que para ellos, la realidad en ese aspecto, es mucho más amplia que para mí.
En el siglo XVIII, Kant, que de tonto no tenía ni un pelo, trato de explicar la cuestión del entendimiento humano, mediante una única tabal de doce categorías, que ordenaban nuestra experiencia, de forma que si se comprobaba cualquier enunciado, a través de la experiencia, quedaba asegurado de modo universal, para cualquiera. Pero Después de Kant, vinieron muchos otros.
El estado actual de las cosas, es el siguiente: La clasificación de los datos que ordena nuestra experiencia, no opera de una forma universal, sino que tratamos de organizar la naturaleza, siguiendo “divisiones sociales” y, lo que es aún más increíble, siguiendo estructuras de parentesco.
Una sociedad conoce a la naturaleza, de acuerdo a su propia organización (animales hermanos, primos, lejanos, etc…), y así a cada grupo le corresponden sus animales, sus plantas, o sus estrellas.
Lo que tu y yo vemos y sentimos no es lo mismo, pero podemos tratar de compartirlo, aunque sólo sea por un pequeño instante.