domingo, junio 14, 2009

MEDITANDO EN VANO EN LA FERIA DEL LIBRO


Hola a todos. Esta tarde he estado en la feria del libro firmando en la caseta de una librería que no conocía, y que me ha parecido muy interesante. Se trata de "El dragón lector". Una librería para niños que es un lugar mágico. Mágico por las personas que la llevan. He firmado varios libros, así es que me he ido para casa con el ego estabilizado, ya que muchas veces, digo en broma que lloro en los lavabos pero, aunque sea en broma lo digo mucho. Es curioso el asunto del futbol, ya que a las ocho, parece ser que había un partido en la televisión, y más o menos a las ocho menos cuarto, ha habido una evidente desbandada de la feria del libro. Me he imaginado una plaza silenciosa llena de palomas, que picotean tranquilas por el suelo, y un niño que entra sigiloso y de pronto da un fuerte golpe con el pie en el suelo. Más o menos es lo que ha pasado. También es muy curiosa la curiosidad de muchos anónimos lectores que se han acercado a mi esta tarde. Cogían mis libros, los miraban y luego me miraban a mi, como cuestionándome... Yo les decía... "Si... aquí están los libros, y aquí el escritor. ¿Quieres que te cuente algo?" Y todo el mundo me decía que si, como diciendo: "bueno, si es gratis"... Luego se llevaban el que más convincente les parecía. El que más éxito ha tenido ha sido libro en el que participo. Se trata de "Poeficcionario". Varios escritores hemos escogido un relato de Poe, y lo hemos escrito otro relato, digamos que con la idea del de Poe, pero en plan actual. Este libro ha llamado mucho la atención. Una madre y una hija, se me han acercado porque querían introducirse en el "terror". Así me lo han dicho, y yo les he contestado que efectivamente, cuando me miro al espejo me doy cuenta de que soy una persona muy indicada para hablar de "terror". Otra madre, se ha acercado a la caseta a comprar unos cuentos. Y como veía que me miraba de reojo, le he dicho que también vendíamos novelas no para niños, y se ha llevado dos de las mías. Luego han venido familiares y amigos. Lo más bonito ha sido la visita de mi prima Eva, con sus dos muñecos de cinco y dos años. Como me han visto al otro lado del mostrador, se me quedaban mirando fijamente. La madre les ha dicho: "es Francis, que es escritor"... ¿Qué será eso de ser escritor? habrán pensado Grabriel e Irene. Yo también me pregutno lo msimo que ellos. Mira tu que darnos por contar historias. ¿Y qué historias? Yo me quedo con sus ojitos abiertos de par en par al verme allí, tan raro. A las nueve y media, han empezado a sonar los estruendos de las bajadas de los cierres. Los del dragón lector, no han tardado en empezar a hacer lo mismo con el suyo. Le he preguntado a la librera que ¿qué es lo que iban a hacer con todo el mogollón de cajas, y libros que había por allí. Me ha dicho que mañana a primerísima hora, delvuelven allí mismo a las editoriales y distribuidoras la mayoría de los libros... He pensado en esos almacenes de las afueras, en donde los libros, las miles de historias imaginadas, se llenarán de polvo, esperando su ocasión. Y como los egos de tantos escritores, volverán a encogerse lentamente, hasta ocupar un espacio mínimo, y volveremos a llorar en los lavabos, ya durante el verano. Porque las vacaciones, a pesar de lo que contáis algunos, con sus viajes, sus soles, sus museos y demás, son tiempos también de mucha reflexión y de mucho encontrarte contigo mismo de frente, desubicados y perdidos por tierras extrañas, sin saber bien que hacer ni a donde ir. Y tan malo es si te las planificas al milímetro, como si quieres que sea el azar el que se encargue de las reservas. Digamos que estoy afectado por el mal este de los franceses al que llaman "mal de vivre", y que, a pesar de que medito mucho, me pasa un poco lo que le pasaba a Pessoa. "Medité toda la tarde pero fue en vano" Un saludo